¿Qué es, o qué hace, -o puede hacer-, un diseñador gráfico? Siendo una profesión relativamente moderna, su respuesta habría sido muy distinta si la hubiéramos formulado hace apenas 40 años. Y no se trata, exclusivamente, de la irrupción de internet. Es más una cuestión sobre cómo internet ha cambiado las reglas de juego de la sociedad actual.
Reglas no escritas, ¿o sí?, en torno a los vínculos entre seres humanos: su propia interrelación –ligada a la educación y “etiqueta”–; su comunicación; sus intereses; su ocio; su conocimiento…
Nuevas formas de hacer que han exigido renovadas fórmulas de informar, persuadir y vender.
Y aquí, en el centro de toda esta revolución tecnológica, tenemos al diseñador gráfico. Adaptándose al cambio como tantos, aprendiendo nuevas tecnologías, ensanchando sus conocimientos para dar forma a los millones de mensajes y propuestas que se producen en el mundo a cada segundo. Mensajes que, según parece, no podemos vivir sin ellos.
Si bien es cierto que la vida digital ha exigido esfuerzo y sacrificio para todos, los diseñadores hemos tenido que renovar completamente -léase añadir que no sustituir-, la panoplia de cartones y cartulinas; tinta china; pegamento; tijeras; letraset; lápices; pinceles; aerógrafo; mesas de luz; reglas; cuartos oscuros; fotografías; revelado; tizas y pasteles; gouache; tramas; muestrarios Pantone; tipómetros; escuadra y cartabón; cuentahílos; etc, por otra larga lista compuesta por ordenador; tablet; móvil; Photoshop; Affinity Photo; Krita; Gimp; Affinity Designer; Procreate; Ilustrator; QuarkXpress; Affinity Publisher; Indesign; Word; Excel; Powerpoint; Premiere; Aperture; Final Cut; DaVinci; Logic; dominios; url’s; servidores, proveedores de servicios digitales, cortafuegos, proyectores, pendrives, discos duros; backups; conexiones de red; routers; protocolos de seguridad y otro largo etcétera.
Y así, mientras al principio la obra de un diseñador gráfico casi siempre era impresa, ahora también hemos de saber plasmar nuestro trabajo en medios interactivos con sonido y movimiento como el vídeo; la animación; el cine; la televisión; internet o la música.
Un fenómeno positivo para los diseñadores. Su rol e importancia han crecido para convertirse en actores de primer orden ante la nueva realidad.
Sin embargo, ahora se espera de un diseñador que “conecte” con el target group. Es más, a veces se le hace responsable del éxito o fracaso de un producto o servicio, en virtud de su capacidad para modular el mensaje. Algo subjetivo, desde el momento en que el diseñador siempre es responsable del “cómo”, pero no siempre del “qué”.
Diseño gráfico actual
En un contexto amplio, el diseño gráfico –desde sus inicios– ha sido definido como el arte y el ejercicio gráfico de concebir y plasmar conceptos, ideas y experiencias, tanto verbales como visuales, dentro de un marco de referencia. Generalmente de comunicación.
Desde los carteles de los primeros diseñadores, hasta los proyectos de webs interactivas actuales, la profesión se ha multiplicado y desdoblado al ritmo de la tecnología.
Una forma de apreciarlo es a través de industrias tan novedosas como las del diseño web; animación; diseño industrial y de producto; 3D; infografía; realidad virtual y realidad aumentada; música; cine; vídeo; editorial; packaging; rotulación y señalética; aplicaciones móviles; videojuegos; hologramas; AI; comunicación social y de empresa; automoción; tecnologías inmersivas; robótica; enseñanza, etcétera.
De esta forma nos encontramos con ofertas laborales, en ocasiones indescifrables para aquellos que están fuera de la profesión: intercalador digital; diseñador motion graphics; diseñador de interfaces; diseñador tipográfico; diseñador corporativo…
Así, el diseño gráfico, en sus más variadas expresiones, se ha adaptado al crecimiento de la sociedad para ponernos en contacto con una realidad más fácil de entender y más bella. Prueba de ello, lo constituyen la experiencia de usuario (UX) y la interfaz de usuario (UI) usadas en diseño web, pero cada vez más empleadas en videojuegos; aplicaciones móviles; diseño de producto; automoción; robótica…, orientadas a hacer más amable la relación con la tecnología de consumidores y usuarios.
Cada día, escondidos en las páginas de una revista; en el cartel de una autopista; en el banner de anuncio de un concierto de nuestro artista favorito; los trabajos de los diseñadores gráficos reclaman nuestra atención y nos persuaden, a veces sutilmente, a veces poderosamente, a actualizar o fijar nuestras preferencias por un producto, empresa o marca concretos.
Los 10 desafíos del diseño gráfico
El crecimiento y especialización del diseñador gráfico entraña desafíos significativos. En función de cada persona estos pueden variar, pero me atrevo a definir los 10, que considero más relevantes en la actualidad.
1) Aprendizaje non-stop
El diseño exige estudio de por vida. Nada es inmutable. Está sujeto a modas y tendencias. Esto incluye programas, estilos de hacer e incluso idiomas con los que comunicarte. A principios de 2000, en España, todo el mundo usaba como programa vectorial Freehand. Hoy nadie se acuerda ni de su nombre.
2) Trato con el cliente
Tanto si trabajas por tu cuenta como si trabajas para una empresa, vas a estar en contacto con clientes. La escucha activa es fundamental. Escuchar e interpretar lo que pide un cliente parece sencillo pero no lo es. Hay que saber leer entre líneas muchas veces. En otras, anticiparse a sus deseos. En todas, respetar su punto de vista y necesidades concretas.
3) Marketing
En la era de la visibilidad, el diseñador debe dar ejemplo desde un portfolio actualizado que refleje su estilo y capacidad. Algunos clientes no saben inferir que si eres bueno haciendo videojuegos, también puedas serlo haciendo una web. Debes mostrar, para demostrar. El portfolio de tu web personal debe ser accesible, sencillo y original.
4) Ética
Un buen profesional, siempre, es un profesional ético que genera contenidos originales sin plagiar la obra ajena. Inspiración siempre. Copia nunca.
5) AI Inteligencia Artificial
La Inteligencia Artificial debería preocuparte. No es tu amigo, aunque existan intereses para que pienses lo contrario. Mi recomendación es no usarla jamás si no estás dispuesto a devaluar tu trabajo. Por no extenderme, ni repetirme, te invito a leer otro artículo mío sobre el particular: Inteligencia o Artificial ¿de qué lado estás?
6) Gestión del tiempo
Aquí me pasa lo mismo que el punto anterior. Te recomiendo este artículo Una estrategia publicitaria de éxito: gestión eficaz del tiempo.
7) Calidad y competencia
La dedicación al diseño debe venir precedida del deseo y el firme propósito de una sana obsesión con la calidad. El entorno profesional y la competencia, son extremadamente rigurosos. Sólo se puede sobrevivir si eres cuidadoso y exigente en todos y cada uno de tus trabajos. Esta es la línea que marca el camino de los resultados. En un tiempo serán tus resultados los que hablen de ti.
8) Equilibrio persona/profesión
Esa sana obsesión por la calidad tiene una contraparte no tan sana: tu vida personal. Tu entorno, familia, pareja, deberán adaptarse a tus horarios. Tendrás jornadas de trabajo abrumador junto a otras de sosiego pastoril. Saber moverte en ambas tiene su mérito.
9) Ingresos y estabilidad financiera
Las etapas de calma/frenesí en tu trabajo, se suelen corresponder con otras de secano/regadío en tus ingresos. Un primer objetivo es lograr una cierta frecuencia semanal, mensual, etc, con algunos que aseguren tu estabilidad. Te ayudará a trabajar mejor sin las preocupaciones de plazos de pago y organizar adecuadamente tu vida financiera.
10) Legal: propiedad intelectual, leyes, contratos
Si bien en internet se puede encontrar de todo, incluso contratos laborales variados, siempre es recomendable contar con la asesoría especializada de un buen abogado. En especial si firmamos proyectos complejos o de larga duración que tengan alcance en materia de autoría o propiedad intelectual.
El diseño conectado: pros y contras
Hablaba al principio de cómo habían crecido el rol y la importancia de los diseñadores gráficos y, cómo muchas veces se esperaban de estos, resultados concretos.
Curiosamente se trata de un fenómeno parecido a cómo se inicia uno en la profesión. Al principio se piensa que con “poner en bonito” una idea, el trabajo está hecho. Cuando avanzamos y nuestra capacidad de crear aumenta, también lo hace nuestro compromiso con el fin perseguido y nuestra habilidad para proponer soluciones enfocadas desde un primer momento.
Es ahí cuando empezamos a ser conscientes de que formamos parte de un cometido más amplio. De nuestras habilidades dependerá, de cuándo y cómo, nos demos cuenta de ello.
Se trata de algo verdaderamente apasionante que en su día traté en Las 7 etapas del arte en los procesos de comunicación (I y II).
Para concluir, hablaré de algunos pros y contras de la profesión de diseñador gráfico.
En primer lugar, si eres creativo, es para ti. Si lo tuyo es el trabajo rutinario, que no te obligue a pensar demasiado, nunca será una buena idea que te dediques al diseño. Además la posibilidad de expresar tus ideas, tu arte y tu visión del mundo, es un regalo que sólo si aprecias lo que dicha libertad supone, podrás degustar.
Otra ventaja añadida para los espíritus creativos es que en la actualidad vas a poder trabajar en infinidad de medios y soportes distintos, cada uno con peculiaridades que te van a exigir respuestas diferentes. Algo que para muchos suena a amenaza, al creativo le suena de maravilla.
Si eres exigente con tu esfuerzo, vas a encajar bien con la profesión. Mejor será, en caso contrario, que pienses en otras salidas.
También los retos formarán parte de tu día a día. A los que nos gustan, nos añade la pizca de locura que hace la vida más gratificante.
En la parte negativa vas a encontrarte con fechas, a veces poco realistas, inflexibles. Vas a necesitar estar muy seguro de tu trabajo para lidiar con ellas. No hay espacio para prueba y error la mayoría de las veces.
Nuestros nervios van a ser puestos a prueba. El diseño gráfico tiene una parte de arte y, como todo arte, es subjetivo. Tú puedes estar convencido de tu propuesta, a la que has dedicado el tiempo y esfuerzo necesarios y, toparte con un cliente que no es capaz de apreciar los beneficios de tu diseño. Deberás armarte de paciencia, empatía y escucha activa para resolver estos conflictos cuando se presenten.
A veces, Dios no lo quiera, puedes toparte con algún cliente que nunca estará satisfecho con tu trabajo, aunque te pida que se lo cambies diecisiete veces. Son clientes que no saben lo que quieren. Por tanto, no saben cómo pedirlo. Por tanto, no saben cómo apreciarlo. Por tanto, no saben cómo salir del hoyo en que se han metido y te han metido a ti. Es real. Existen. Huye de ellos.
Ahora bien, si te gusta crecer personalmente. Aprender cada día. Adquirir nuevas habilidades. Conocer habilidades que ni sabías que existían dentro de ti. Superarte. El diseño gráfico te espera con los brazos abiertos.