El cuarto poder en España: ¿un cuarto a oscuras?

La Mesa del Congreso ha aprobado una  reforma al reglamento de la cámara que otorga a los políticos la capacidad de evaluar la labor de periodistas acreditados y sancionarlos si sus conductas son consideradas “inapropiadas”. ¿Fin de la “democracia”?

En lugar de trabajar para el bien común y ser objeto de alabanza permanente por su labor, sus señorías han optado por tapar sus fechorías matando al mensajero.

Todos hemos visto bancadas ausentes. Sitios vacíos donde los denominados “representantes del pueblo” tienen asignado su puesto de trabajo. Lugares que deberían ser ocupados para tener “derecho” a sueldo. Como en toda empresa, ¿o quizás en la tuya te pagan por no ir?

También hemos visto a políticos jugando con el móvil. O cobrando dietas por no asistir en tiempo y forma adonde debían…

Naturalmente, cuando tu vida profesional se ha desarrollado en su práctica totalidad en la empresa privada, todo esto primero te sonroja y después te enoja.

Los españoles y la democracia “que nos dimos” (expresión que falsifica la verdad: “que nos dieron”) asistimos indefensos a los desmanes de “los políticos” de todo color y pelaje que no han hecho más que medrar tras la muerte del “dictador”. Porque si en verdad los españoles “nos hubiéramos dado esta democracia”, habríamos puesto freno desde el primer momento a las andanzas de determinados ”representantes públicos” que sólo se representan a ellos mismos a la hora del patrimonio.

Lamentablemente, estos “servidores” van comprando a su paso primero a sus familias, después a sus amigos, más tarde a sus conocidos, y aún más tarde a algunos “recomendados”.

Sólo así se justifica cómo unas pocas voces –que chillan mucho–, tratan de evitar su caída manifestando una adhesión “incondicional”.

Demasiados ejemplos en el “arco parlamentario”. No me extenderé.

Así se entiende que algunas mentes enfermas no vean obstáculo en que los “políticos” se suban el sueldo… porque se lo pueden subir. Son ellos los que lo deciden. Nadie ajeno a ellos interviene para fijar este gasto desorbitado que tan poco provecho produce. Hoy más que nunca se hace necesaria la pregunta: ¿quién controla a los políticos?

Antes, si la hacías, rápidamente un fulano te hablaba del cuarto poder: los medios de comunicación, la prensa, la radio, la television… 

Sin embargo, la triste realidad y vuelvo a Franco, es que hoy la mayoría de ellos parecen servir a la propaganda institucional.

Tanto es así que si un periodista hace preguntas incómodas a un político –preguntas que debería hacer toda la prensa en su conjunto–, algunos “compañeros” se encaran contra él.  Lo hemos visto en algún reportaje. Supongo que es una reacción lógica de quién no hace bien su trabajo y se siente interpelado al ser puesto en evidencia.

Periodismo y propaganda

¿Qué es un periodista?

Yo que soy de la vieja escuela respondo sin dudar: alguien que busca la verdad, la localiza y la cuenta sin verter su opinion o colorearla de ninguna manera. Ante todo, imparcialidad. 

Ventajas: conciencia tranquila. Inconvenientes: vida estrecha.

Si no sabes donde está la verdad nunca acabarás de entender las intenciones de los políticos. A pesar de eso y ahora que todo va tan rápido es más fácil que antes. Una pista. Si ves a un político con el pin de la Agenda 2030, ya sabes que no es trigo limpio. No esperes verdades de su boca. Obedece a poderes supranacionales que atentan frontalmente contra la soberanía española. En resumen: un traidor a España. Por si esto fuera poco, no quiere que se fiscalice su labor. Por eso se articulan medidas como la que da pie a este artículo. 

Una medida que si bien ha sido propuesta por el PSOE y su Pedro Sánchez con PIN Agenda 2030, también favorece al PP y su Alberto Núñez Feijóo con PIN Agenda 2030.

No me creas, investiga. Empieza por mi artículo sobre la Agenda 2030. Una trilogía que te explicará muchas cosas que nadie te ha contado jamás.

https://www.juancarlosayuso.com/agenda-2030-el-mundo-feliz-de-huxley-i/

 

¿Qué es un propagandista?

Alguien que sirve a un credo político y divulga su ideario. Básicamente. Por eso, cuando un periodista se confiesa de tal o cual partido, no sirve al periodismo. Sirve a la propaganda. No digamos ya, cuando el partido o alguna persona le “paga” por contar o maquillar una historia. Entonces ya es un propagandista en la nómina de tal o cual organización. Pero, insisto, ya no es un periodista.

Ventajas: vida plácida. Inconvenientes: conciencia muerta.

Muchos periodistas se sintieron complacidos cuando en la facultad alguien  les dijo que era legítimo, incluso bueno, que el periodista opinara como parte de su labor. 

He hablado sobre este tema en distintas entradas de mi blog. Una vez más diré que se trata de un regalo envenenado. Su finalidad, contribuir a la gran confusión que vivimos.

Si los periodistas se convierten en propagandistas ¿quién hará su labor?

¿Quién servirá de contrapeso a unos políticos con desbocada soberbia dispuestos a legislar, coaccionar y restringir –la libertad de información, en este caso– aunque sus miras son totalitarias, con tal de mantenerse en el cargo?

Periodismo y democracia

Sé que no soy el único que, cuando todavía veía la tele –porque se podía ver, no como ahora– vi alguna entrevista a políticos. Da igual la fecha, el partido entrevistado o el periodista que realizaba la entrevista.

Como la democracia española nunca ha llegado a ser la tierra de leche y miel que nos prometieron, esa tierra que nos conducía a verdes praderas (igualito que con la Unión Europea), la verdad es que desde 1977 no hemos conocido ningún periodo que pudiéramos considerar amable de cara a una entrevista política. En todas ellas se podía, y se debía, haber sido más incisivo con sus “protagonistas”. Escándalos nunca han faltado. Lo que si faltó para mí fue rigor periodístico. 

Por eso ahora que el hartazgo ciudadano ha alcanzado nuevas cotas sin que los que se ponen el sueldo a ellos mismos y chuleen el cotarro a su antojo, hayan hecho el menor propósito de la enmienda, aquí me detengo un momento. Un buen ejercicio sería otorgar a los ciudadanos el voto directo ése que aparece recogido en la constitución. 

Sería magnifico poder bajar el sueldo a tanto “servidor” que con el momio extinto emigraría a otros páramos donde pasar desapercibido por mor a su poco fuste.

Continúo con el hartazgo. Parece que ahora, si Vito Quiles hace preguntas incómodas pero pertinentes, esto no lo dice nadie, lo digo yo; en lugar de enmendar las acciones (delitos, barbaridades, injusticias, etc) que están en el origen de dichas preguntas, lo más oportuno es legislar para que se aparte a aquellos que no están dispuestos a contar la “version propagandística oficial de la España del siglo XXI”, preparada para falsificar la realidad con las voces armonizadas de los camaradas propagandistas y que los españolitos no piensen más que en irse de vacaciones.

Desgraciadamente, sin una información plenamente libre, sin libertad real de opinión y difusión –aunque en algún momento puedan llegar a ser incómodas y molestas– se pierde el equilibrio de poderes. Es el precio a pagar por vivir en «libertad democrática» –tanto dentro del Congreso, que debería dar ejemplo–, como fuera de él. O todo o nada. No vale amañar el juego por los mismos que se suben el sueldo.

Afortunadamente, la esperanza me dice que nada es eterno. Ni la democracia. Ésa que dice ser una cosa y luego es otra.

Por ello, este atentado contra la libertad de prensa e información llevado a cabo en el Congreso de España, pone de relieve un aspecto muy positivo: la gente ha empezado a hacer preguntas, hemos comenzado a despertar de la pesadilla. ¿Fin de la “democracia”?

¿Y después de la pandemia, …qué?

CVDH el thriller que cambiará tu visión de la realidad.

¿Existe una secuencia de acontecimientos planificada para someter a la humanidad a un Nuevo Orden Mundial?
Y si es así, ¿significa que viviremos mejor o seremos, simplemente esclavos de una élite anti-democrática?

El periodista Hernán Egea, te propone unirte a su aventura en la búsqueda de la verdad en un thriller en el que descubrirás que, la realidad en la que vives, ni es como parece, ni como siempre te han contado.

error: CONTENT PROTECTED