Poco o nada se habla de las grandes ventajas de la inmigración masiva. Tanto es así, que políticos y filántropos, esos grandes benefactores de la humanidad, son los que salen peor parados de las innumerables prerrogativas que tal proyecto conlleva.
Desde esta humilde tribuna animo a todos a subsanar el error, con ideas tan inclusivas como actuales. Así que lee y comparte con tus colegas de partido las soluciones propuestas, si quieres hacer méritos y ascender al más alto pináculo de la política.
Muchos no sabemos porqué vivimos una inmigración desaforada en España, en Europa o en Estados Unidos, y, todas al mismo tiempo, como la pandemia. Pero eso no importa.
No voy a hablar del Plan Kalergi, ese plan malvado para convertir Europa en África a base de llenarla de ciudadanos más doblegables (quienes esto piensan, ponen de relieve que fue el continente africano presa de la esclavitud por la misma razón). No. Eso son teorías.
Por ello, centrémonos en la inmigración que acontece, –con mirada de caridad ilimitada–, de esas a las que nos llama el Papa Francisco cuando nos exhorta a obedecer los mandatos de la ONU o la OMS. Desde luego, ¡parece casi un milagro! lo bien que encajan las ideas del Pontífice, máximo representante del Reino de Dios, –como sabes, un reino que no es de este mundo–, con las ideas de los políticos llamados a gobernar este mundo. Bueno, ellos y los que no son políticos, pero que les dicen a los políticos lo que tienen que hacer, y no me refiero a los ciudadanos. Esos no cuentan.
Vuelvo a la caridad. Todos los días saltan a las RR.SS. acontecimientos, denuncias, violencias…, de los que eufemísticamente son llamados “seres de luz”. Aunque parece que no demuestran muchas luces cuando presuntamente violan, atracan, hieren, o hacen sus necesidades en público.
Esto último es muy gracioso. Fíjate. Si tienes perro estás obligado por ley a recoger sus caquitas. Sin embargo ¿quién recoge las de los seres de luz? Algún iluminado ya estará pensando en actualizar alguna ley con una idea que te cagas.
Misericordia para todos
Si no eres inclusivo, puede que veas todo esto como algo sin propósito, o peor aún, sin un buen propósito.
Mira con los ojos de la misericordiaaa… Y sí. Es difícil hacerlo si tu hijo ha sufrido un ataque con machete a manos de estos seres; o si a tu madre la han arrastrado por el metro para robarle el bolso; o si tu sobrina de cinco años ha visto cómo alguien se ponía a defecar a la puerta del colegio.
Pero, digo yo: ¿cuándo se ha visto a un político hacer algo contrario a los ciudadanos, por dinero?
Bastante tienen con hacer méritos para que Klaus Schwab o Bill Gates cuenten con ellos, en ese paraíso que quieren montar para ser súper-felices gracias a no tener nada.
Atiende bien: no tener nada y ser feliz… ¿No vemos a diario cómo los políticos, llevados por esa misma aspiración, cada día aspiran a menos?
Por eso, volvamos a mirar hacia ellos. Esta vez con ojos de misericordia.
Los políticos y filántropos primero
Así debe ser. Si alguien ha de sacar partido a esta inmigración forzada deben ser los políticos y los filántropos los primeros.
No he visto mandar ninguna patera de vuelta a casa. Tampoco he visto reprimir con balas de goma a ninguna lancha ilegal. Ni disolver a porrazo limpio la llegada en aviones procedentes de países donde no los quieren.
Llámame torpe, pero, si la “importación de juventud con capacidades diversamente alternativas, y conducta simpáticamente imprevisible y asocial” (me he esforzado mucho en este párrafo) cuenta con el beneplácito de nuestro gobierno y de todos los gobiernos que cedieron la soberanía a la OMS durante la pandemia, ¿será que es algo bueno? Y si es que sí, ¿cómo estamos tardando en agradecer a estos mismos políticos su idea?
De acuerdo, no nos pidieron permiso. Pero no seamos rencorosos. Tampoco lo hacen cuando se saltan la constitución.
Basta de cháchara. Empiezo con las ideas.
Me parece muy injusto que estos seres de luz se alojen en hoteles de lujo.¿No tenemos humanidad? Los hoteles son sitios fríos ¡Ya estamos tardando en ofrecer las casas de los propios políticos, para acogerlos con calor humano! Sinceramente, ¡no veo mejores anfitriones a la altura de tan piadosa iniciativa!
Un ejemplo, al azar. Imagina la siguiente escena:
–Pedro (Sánchez), te hemos adjudicado a William como secretario personal. Va a dormir en tu casa.
Con inclusiva sonrisa, Pedro contesta:
–¡Bendito sea Dios! ¿Qué sabe hacer?
–Es bueno con el machete.
Ceño fruncido.
–¿Un machirulo?
–No me has entendido. Machete de esos de cortar cabezas…
–Oyeee, a ver si voy a correr peligro.
–Pedro, ¡piensa en el partido! Y luego, piensa en la foto… No te digo que la mejores….
Mientras, en Ferraz, los asistentes al Santo Rosario se hacen a un lado. Tres autocares llegados del Estrecho de Gibraltar, hacen sonar sus claxons en señal de alegría ante la sede del PSOE. Son la entidad afortunada para trocar puestos de trabajo, por inmigrantes.
–¿Pero qué hace ese tío tratando de volcar la máquina del café?
–¡Ay hija! pero qué facha eres… ¿No ves que no lleva suelto?
–¿Y tú? ¿Cómo vas a pagar ahora la hipoteca?
–No sé… ¿Imaginas lo contenta que estoy por ceder mi ordenador y mi sueldo? Yo, por el partido ¡mato! ¡maaa-too!
Al mismo tiempo, en Génova, otros tres autobuses llegados de Barajas por cortesía del gobierno alemán, agasajan al Partido Popular.
La alegría se puede tocar. Será el pequeño Nicolás el que sorteará en qué despachos se pueden hacer piras y en cuáles no.
–¡Con cuidado! ¡que esos papeles son delicados!
El pequeño Nicolás, detiene al diputado para que no impida a los huéspedes, sentirse como en propia casa ante la lumbre.
–¡Aquí no caben!
–Ya lo sé. Esta noche te llevas tres a tu casa. Abrazad juntos un árbol. Eso no afecta a la huella de carbono. Creo…
–Oye Fran –un colegui, pregunta de buen rollo –¿cómo vamos al juzgado? Habrá que identificarlos…
–¿Estamos loquísimos? El propio Feijoo ha cedido su coche oficial. No pensaréis que van a viajar en autobús…
Sigo con las ideas. ¿A que parecen de un político, de esos que viven de la política? En Bruselas, al observar la iniciativa española, a Von der Leyen le falta tiempo para nombrar a cuatro secretarios recién llegados en el último cayuco.
–Y ¿éste?
–Lalique es médico.
–¿En serio? –dice incrédula.
–Que no, ¡tonta!, que es broma… Pero parece que le gustas… Verás como, juntos, hacéis crecer Europa.
Y ahora, como colofón final, se dispondría una ley, promulgada este mismo verano ¡cuánto antes mejor! como las leyes que buscan no generar alarma. En la misma, se concedería a, –benefactores de la talla de Bill Gates, Soros o Klaus Schwab–, en recompensa a sus ideas e iniciativas, un breve plazo para trocar secretarios personales, ayudas y empleados varios, por seres de luz, recién llegados, en régimen de pensión completa en sus suntuosas villas. Nunca habrá mejores huéspedes para tamaños anfitriones.
Una medida, sin duda, que arrancará aplausos y regocijo entre ellos.
Esta misma ley, en su disposición final 7.1, incluiría el punto clave:
7.1 –Todos los filántropos y políticos, –en el mayor acto de filantropía conocido en la historia– renuncian, muy gustosos, a sus puestos de trabajo en favor de los protegidos invitados que llegaron a sus vidas en un abrazo de su misericordia. Sirva tan unánime decisión para, declarar y probar ante la humanidad, que ninguno de ellos era imprescindible.