Madrugadores 2025: ¿grupos de hombres que rezan el Rosario en la era del ruido, …y ya?

El mundo actual, desde una perspectiva ontológica, se caracteriza por la interconexión: nada existe de forma aislada. La diferencia entre natural y artificial es cada vez más difusa: humanos, máquinas, ecosistemas, datos, instituciones y lenguajes prefiguran el tejido dinámico de un mundo que se hace y deshace a través de nuestras interpretaciones, relaciones y luchas.

De ello surge la primera paradoja espiritual: el hombre nunca ha dispuesto de tanta informacion sobre el alma como la que tiene hoy en día y, al mismo tiempo, nunca ha estado tan fragmentado interiormente.

La filosofía contemporánea describe nuestra era como una época de desorientación ontológica y moral. ¿Es por esta razón que en lugares tan diversos del mundo como España, Costa Rica, Perú, México, Portugal, Chile, Alemania, Bolivia, Italia, Reino Unido, Estados Unidos, Venezuela, Uruguay… y así hasta 40 países, múltiples grupos de tíos se reúnan a primera hora de la mañana para rezar el rosario mientras caminan por la calle?

Los grupos de Madrugadores, además de rezar el Rosario temprano, tienen otra cosa en común. Algo que la “modernidad” parece haber olvidado: la existencia compartida.

Estos hombres, estos varones, estos tíos…, además de la oración, comparten un desayuno o comida en torno a un debate de interés general.

Al reunirse físicamente, se reconocen como seres en relación, como nodos de una misma red de fe y fraternidad. En un tiempo donde las identidades se negocian en plataformas digitales, su encuentro encarna una ontología de la presencia real.

Y es que el rosario, repetido al unísono, es más que una oración. Es una respiración colectiva del ser. Cada cuenta, cada palabra, cada silencio, son hilos que tejen nuevamente la trama del mundo, esa red invisible donde el alma humana conecta con lo divino, con la naturaleza y con los otros.

Tal vez por ello, los Madrugadores actualizan una verdad antigua: el espíritu no es una esencia solitaria sino una relación viva; una energía que circula entre los cuerpos, los símbolos y el amanecer. Eso que los católicos llamamos la “comunión de los santos”.

Madrugar para rezar

Algunos se preguntarán ¿rezar hoy? ¿Para qué? No digamos si para rezar, ¡encima!, hay que madrugar…

Cuando Dios, Jesucristo o la Virgen María han sido desterrados de las vidas de tantos por conveniencia; en este siglo XXI, regido por la inmediatez, la productividad, y la explotación (eufemismo que designa la moderna esclavitud), levantarse para rezar no es un acto de evasión sino de rebeldía. Quizás sea ésta la segunda paradoja espiritual.

El Rosario de Madrugadores afirma con rotundidad que el ser humano no es un engranaje económico sino un ser espiritual con un ritmo interior.

El Rosario de Madrugadores desconecta y rompe la lógica del individuo hiperconectado para proponer una forma de comunidad basada en la humildad, el silencio y la trascendencia.

La gran esperanza que alberga la silenciosa oración de los grupos mundiales de Madrugadores, podría ser definida como el retorno del alma al mundo. Al fin y al cabo, los Madrugadores son hombres inmersos en la vida moderna: trabajadores, profesionales, sacerdotes, padres, jóvenes, jubilados, ciudadanos… quienes a través de la oración comunitaria habitan el mundo desde el alma.

Y aquí dejo otra intensa reflexión: los grupos de Madrugadores no son una reliquia del pasado sino un signo del futuro espiritual de la humanidad. Puedes aceptarlo o no, pero como exhorta San Juan desde el Libro de la Revelación “la batalla está ganada de antemano”. Se refiere, naturalmente, al triunfo del bien sobre el mal. Así que, si en algún momento te entra la duda de qué partido tomar, yo te estoy dando ahora mismo el resultado de la quiniela…

¿A las puertas de un renacimiento espiritual?

El Beato Alano de la Rupe (1428-1475), narra en su libro “De Dignitate Psalterii”, que el Santo Rosario fue inspirado por la Virgen María a Santo Domingo de Guzmán para combatir la herejía albigense.

Desde entonces, la historia del mundo está vinculada a múltiples gracias recibidas por la oración del Santo Rosario. Desde la Batalla de Lepanto hasta el sitio de Viena por los turcos, numerosos milagros han sostenido la devoción a esta oración.

El Rosario, tampoco es una reliquia del pasado. En un mundo tan turbulento como el nuestro, a nadie se le escapa que una “solución” humana es prácticamente imposible.

Orar al alba contiene una fuerte significación simbólica. El alba denota el comienzo. El día nuevo que se abre ante nosotros en el que todo es posible.

La práctica del Rosario de Madrugadores condensa una intuición esencial: que el mundo, por muy fragmentado que esté, puede volver a ser el hogar de todos si los seres humanos restablecemos nuestro vínculo con Dios.

Los Madrugadores representan la búsqueda del sentido de existir; también la resistencia silenciosa y el amanecer de una nueva conciencia. La conciencia de una humanidad que supera la oscuridad tecnológica y comparte la luz del “Dios te salve”.

«CVDH: Con Vara de Hierro» en español.

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