Vivimos rodeados de “teorías conspirativas”. Una de ellas, la conspiración Coudenhove-Kalergi.
Una confabulación presuntamente diseñada para sustituir a los ciudadanos europeos por inmigrantes africanos, más dóciles y sumisos a la hora de obedecer consignas políticas.
¡De locos..! ¿Verdad?
Las teorías de la conspiración, cada día tienen más seguidores en RR.SS. Muchos medios afectos al sistema democrático mundial, describen este fenómeno desde vertientes sociológicas; psicológicas, políticas; periodísticas… Pero, al margen de lo que cabría esperar de la pluralidad e independencia informativas, comparten casi siempre un eje informativo común: denostar a los seguidores de los medios que divulgan dichas teorías.
Muchos de los grandes medios parecen tenerlo claro claro: si “crees” en alguna de ellas, eres un tarado. Y siempre me ha llamado la atención dicho enfoque, más propio de una agenda propagandística que de un medio informativo.
Por ejemplo, cuando utilizan el verbo “creer”, para tasar, a la baja, el conocimiento que se pueda tener sobre una de estas teorías. Nunca utilizan, saber; ni conocer; ni leer; ni averiguar.
Según la RAE, creer, es ese verbo transitivo que en su primera acepción significa: Tener algo por cierto sin conocerlo de manera directa o sin que esté comprobado o demostrado.
Si un medio manipula la verdad, eso es una noticia.
En realidad, nadie pasa de la noche a la mañana del desconocimiento al conocimiento. Cualquier docente sabe que hace falta un proceso de aprendizaje.
Vuelvo al enfoque propagandístico cada día más frecuente en medios periodísticos. Podemos identificar ciertas claves. Por ejemplo, cuando se alinean para deslegitimar tal o cual teoría de la conspiración, raramente entran al debate. Su posición siempre es de altivez moral –que no de altura–, porque la altura moral se demuestra…
No suelen aportar pruebas ni aceptar la inversión de la carga de la prueba. Pareciera que ellos pueden negar cualquier teoría, en virtud de un supuesto “prestigio” informativo, basado en su propia fuente: óiganme.
Este proceder nos conduce, inexorablemente, a un panorama tan fascinante como contradictorio.
Así, cabe preguntarse: ¿qué condiciones son necesarias para que un medio informativo apoye abiertamente una teoría cualquiera, pero, en cambio, ataque sin descanso otra, esta vez acusada “de la conspiración”?
¿Alguna vez te lo has preguntado?
¿Te has preguntado también, porqué los informativos “tradicionales” están perdiendo el favor de sus lectores, televidentes o radioyentes de forma imparable y, en cambio los blogs y autores independientes, suben como la espuma en internet?
Para la primera pregunta, echaré mano de nuevo a la RAE para aclarar el enfoque. Según la Real Academia Española, se considera teoría el: Conocimiento especulativo considerado con independencia de toda aplicación. Tal definición es aclarada mediante la locución adverbial “en teoría”: Sin haberlo comprobado en la práctica.
Ahora ya, más seguros del terreno en el que nos vamos a mover, podemos analizar porqué “es una teoría de la conspiración el plan Kalergi” pero, la “teoría del calentamiento global”, es un –¿hecho cierto?– para tantos y tantos medios informativos.
Para la segunda, recomiendo el artículo en inglés “La muerte de los medios de comunicación de masas”. Una reflexión actual y vigente, que si bien no entra a valorar el desprestigio de los mismos por falta de objetividad, en una entrevista a Jordan Peterson, psicólogo canadiense especializado en comportamiento y creencias, aborda las causas que han convertido a grandes monstruos de la comunicación del pasado, en muertos vivientes de la actualidad aún sin saberlo.
Puedes leerlo aquí:
https://medium.com/creatorsauce/the-death-of-mainstream-media-99ee0a065433
Si propones datos contrarios a la “posverdad oficial”, eso es una fake-new.
Un hecho cierto, es algo probado. Y si hablamos de ciencia, la prueba debe ser llevada a cabo mediante el método científico. Es decir, debe atender a tres principios básicos: debe ser refutable, debe ser reproducible y debe ser repetible, todo ello validado mediante revisión por pares.
Por tanto, si la “teoría del cambio climático” tiene ese nombre, responde a la sencilla razón, –le pese a quién le pese–, de que, todavía, no ha sido probada.
En cambio, sí se ha demostrado que es la misma teoría que a principios de este siglo se denominaba “teoría del calentamiento global” la cual, basada en numerosas “predicciones científicas” y con Al Gore, como al-gorero oficial, “vaticinaron” el derretimiento de los polos para 2012. Algo que iba a conducir, inevitablemente, a la subida del nivel del mar, y a la sepultación de personas y ciudades por todo el mundo. Todo ello, descrito en el tono más catastrófico posible.
¿Tú lo recuerdas? Evidentemente no me refiero al augurado derretimiento de polos que, gracias a Dios, jamás se produjo. Me refiero a la alarmista predicción “científica”, –fallida–, sin que ningún periódico, revista o televisión, diese marcha atrás en los artículos “supuestamente científicos” sobre el tema, se desdijera o entonase el mea culpa.
A la vista de los hechos, puedo declarar, sin atisbo de duda, que el discurso de Al Gore era una fake-new, y todos los medios que lo difundieron durante años, son medios de escasa fiabilidad y menor reputación periodística, al difundir “teorías” sin verificar. Es de cajón, pero, ¿has visto a alguien escandalizado o sancionado por ello?
Los únicos que se hicieron eco fueron aquellos medios tachados de propagar fake-news. Medios y blogs censurados y vilipendiados por difundir “teorías de la conspiración”, al señalar como falsos estos vaticinios, cuando en realidad eran los que decían la verdad.
Esto, aunque se repita un millón de veces, seguirá sin hacer mella en algunas personas que nunca despertarán a la realidad, al elegir posverdad como animal de compañía…
Semejantes puntualizaciones ponen en evidencia, que, cuando políticos y científicos se alían para “demostrar” algo, podemos dar por sentado que, la mentira –seña de identidad política de carácter congénito según parece– es la base sobre la que se asientan y asentarán, teorías pergeñadas para engañar. Una pista: si tienes dudas sobre alguna, sólo tienes que buscar un beneficio económico. Si éste existe, entonces es falsa.
Un ejemplo. La “huella de carbono” –eufemismo para tasar el CO2–, gas de desecho que –exhalamos todos los seres humanos al respirar–. No es más que un “nuevo impuesto” POR RESPIRAR. Como lo oyes. Impuesto inventado por los más “listos”, léase “malos”, que detentan el poder en el mundo.
Prosigo con el disparatado mensaje de Al Gore. Fue suficiente con que un científico argumentase con buen criterio, que el casquete polar ártico se hallaba, y se halla, flotando sobre la superficie del mar.
De la mano del principio de Arquímedes, señaló que un vaso de whisky (el mar) con hielo (el casquete polar), no sube de nivel cuando el hielo se derrite en el vaso.
¿No sabían esto Al Gore y sus científicos?
Tampoco los medios mundiales de propaganda democrática, antes aludidos, dieron explicación alguna o refutaron la teoría del calentamiento mental, perdón, climático, cuando un hacker se coló en la Universidad de East Anglia en 2009 y sacó a la luz los datos, –hasta entonces recolectados en estaciones dispersas por todo el mundo–, de la CRU – Climate Research Unit dirigida por Phil Jones. Datos que pretendían demostrar que la tierra “se calentaba por causas antropológicas”. En otras palabras, que lo generaba el ser humano.
Lo que nunca se decía es que los humanos que lo calentaban eran, en particular, los más ricos y poderosos junto a la industria armamentística del planeta.
Tales datos aireados, pusieron de manifiesto que la llamada “curva del palo de hockey”, modelo ofrecido para “confirmar” su hipótesis, en realidad era producto de la manipulación estadística intencionada, para “cocinar” artificialmente la falsa teoría.
Que esto fue así, lo prueba el descrédito de la Universidad de East Anglia y su CRU ante la comunidad científica internacional, lo que llevó a la inmediata dimisión de Phil Jones. Algo que, desde luego, no habría tenido lugar si su trabajo hubiera sido escrupulosamente científico.
En la actualidad, los mismos medios alarmistas y propagandísticos, evitan hacer alusión al incidente, al tiempo que tratan de rehabilitar la imagen de Jones.
Vamos que lo que se buscaba era que tú y yo pagásemos los destrozos al planeta generados por miserables ávidos de dinero y poder.
Te animo a profundizar sobre esto, a través de mi artículo “Agenda 2030: el mundo feliz de Huxley”, al que puedes acceder desde el siguiente enlace:
https://www.juancarlosayuso.com/agenda-2030-el-mundo-feliz-de-huxley-i/
Y ya, para cerrar el círculo sobre esta “teoría”, merece la pena remontarnos a sus orígenes. Allá por los años 70. En aquella época, vivíamos alertados por el famoso “agujero de la capa de ozono” causante del temido “efecto invernadero” causado por los clorofluorocarbonos. Algo que iba a hacer que los humanos nos achicharrásemos con nuestra propia atmósfera que se calentaba más y más…
¿Observas la relación?
Sin embargo, ningún medio “alarmista-propagandista-feikniusero” dio la misma cobertura, en ocasiones ninguna, cuando el peligro desapareció al suspender el empleo de clorofluorocarbonos mediante protocolos internacionales.
Debieron lamentar la pérdida de estatus paranoico, por cuanto ya no servía para atemorizar a la población y decidieron transformarla.
Aunque, a decir verdad, no le dieron demasiadas vueltas al nuevo guión: planeta-calor-susto.
Entonces, ¿el plan Kalergi es, o no es, una teoría de la conspiración más?
Como digo en la entradilla, la denominada conspiración Coudenhove-Kalergi, la cual lleva el aristocrático nombre del conde japonés Ricardo Nicolás de Coudenhove-Kalergi, ha sido presuntamente diseñada para sustituir a los ciudadanos europeos por inmigrantes africanos, más dóciles y sumisos a la hora de obedecer consignas políticas.
En el centro de dicha conspiración estaría el filántropo de origen húngaro, George Soros. Y ya te aviso, cuando escucho que alguien se define como filántropo, me pongo en guardia.
Un poco más arriba decía que si es factible determinar un beneficio económico, entonces casi seguro que una supuesta “teoría de la conspiración”, en realidad es verdadera, y esconde una maniobra nociva para los seres humanos.
Claro que habrá algunos que no verán qué beneficio pueden obtener algunos indeseables llenando occidente de inmigrantes. En el caso de Europa, africanos en su mayoría.
A fin de cuentas, occidente vive unas tasas de crecimiento tan bajas que el pago de las pensiones puede verse amenazado si “no ponemos a gente que cotice”.
Impecable argumento.
Si no conoces otros, claro.
Algunos economistas llevan años advirtiendo que si España no mejora su tasa de crecimiento demográfico, esto podría llevar aparejada una dolorosa caída del PIB a niveles de años pasados, o al crecimiento cero, en el peor de los casos. Algo extensivo a otros países europeos.
Pero, ¿qué medidas toma España al respecto?
A continuación corto y pego dos recortes del Plan Presupuestario 2024 extraídos de la web de la Moncloa, desde el siguiente enlace:
Plan Presupuestario con escenario fiscal inercial
La elaboración del Plan Presupuestario está condicionada por la situación del Gobierno en funciones, que tiene limitada su capacidad normativa y por ello no puede aprobar un Proyecto de Ley de Presupuestos Generales del Estado ni presentar otras iniciativas legislativas salvo casos de urgente necesidad debidamente justificados.
Lo que más llama la atención del párrafo anterior es que supedita la elaboración del Plan Presupuestario al “gobierno en funciones”.
Una excusa tan antipática como peregrina, cuando sabemos que ese mismo gobierno –en funciones– fue capaz de aprobar una amnistía sin respaldo ciudadano, para lo que no tuvo reparos en trastocar la ley vigente, o pactar con formaciones con delitos penales en sus filas para formar gobierno a pesar de ser la segunda formación en número de votos. Algo así, como ingeniería política “en funciones”.
En otro párrafo posterior, vuelve a valerse de la misma excusa:
Previsión de ingresos
El Plan Presupuestario 2024 contempla una previsión de ingresos en un escenario inercial debido a la situación de un Gobierno en funciones. En ese contexto, la estimación es que los ingresos del conjunto de las Administraciones Públicas representen un 42% del PIB, alcanzando los 648.660 millones de euros en términos de contabilidad nacional. Se trata de un ligero incremento respecto al 41,9% del PIB de 2023.
También habla de un ligero incremento del PIB del 41,9 al 42%. Ciertamente, ligero, pero comprensible con ese “gobierno en funciones”.
Ahora bien, mientras algunos medios declaran que no existen recetas mágicas para el aumento de la natalidad (¿ignorarán cómo se hacen los bebés?), aunque, sin entrar al debate sobre las políticas de control de natalidad de gobiernos de todo el mundo, léase aborto –tema tabú–, con su gran valedor Henry Kissinger, autor intelectual de la idea de presentarlo como un feliz “derecho para las mujeres”, otros países afrontan el problema desde la raíz, no con recetas mágicas. Con recetas inteligentes. Por ejemplo, Polonia lleva años incentivando la natalidad mediante compensaciones económicas y fiscales a parejas comprendidas entre los 18 y 45 años, llegando incluso a la exención del impuesto sobre la renta, a jóvenes menores de 26 años con ingresos inferiores a los 22 000€/año, es decir la inmensa mayoría.
Por otro lado, tenemos los datos de inmigración ilegal que no paran de crecer en España y Europa. Cabría pensar que es algo inevitable. Personas desesperadas que buscan salir de la miseria embarcándose en una patera a riesgo de perder la vida en el mar.
Raro es el día que no tengamos una noticia de una partida de inmigrantes ilegales arribados a la costa española o saltando la valla en Ceuta o Melilla, algo que viene sucediendo desde hace más de una década.
También aquí, cabe la pregunta ¿qué hace el gobierno de España o el europeo?
La respuesta es parecida en ambos casos: ofrecer unas medidas de apoyo y entrada a Europa mejores que las que tienen en sus países de origen.
Con esto claro, ¿si vivieras en un país africano con pocas o nulas esperanzas de salir de la pobreza, no te jugarías la vida por un futuro mejor? Yo sí. Desde luego.
Entonces… ¿no hay solución, cabría preguntarse?
Sinceramente, no comparto ese punto de vista. Para mantener dicha narrativa, debe existir un interés nacional y supranacional para que los inmigrantes –ilegales, recordemos–, lleguen a nuestro país y sean acogidos.
Hacen falta medidas políticas, sociales, policiales, asistenciales…, las cuales no existirían sin que alguien, entiéndase los gobiernos, no las facilitasen.
¿Acaso alguna vez has tenido un accidente de tráfico y el gobierno te ha proporcionado un hogar de acogida? El ejemplo es ridículo pero sirve para corroborar lo expuesto.
Que existe una armonización europea para consentir y normalizar la entrada de inmigrantes en Europa es un hecho. A partir de ahí, cobra sentido el plan Kalergi.
Y, antes de que pienses que soy un salvaje sin corazón que propugna dejar a la gente morir en sus propios países, voy a exponer mi punto de vista sobre el tema.
La ONU, entre otras cosas, se fundó originalmente para eso. Para ayudar a países más desfavorecidos.
Hoy en día existen tecnologías para convertir desiertos en vergeles. curiosamente, las iniciativas para llevar pozos de agua a países subdesarrollados casi siempre forman parte de iniciativas de ONG -organizaciones no gubernamentales-. ¿Me sigues? Los gobiernos europeos pareciera que se lavan las manos, ante esto. Sin embargo, numerosas empresas trasnacionales, saquean los recursos naturales de los mismos países de los que sus ciudadanos huyen en pateras.
¿No es todo esto antinatural?
Lo natural sería que Europa, EE.UU., Rusia y/o China, ayudasen de manera justa y elegante a todos estos países para salir de la pobreza. Para ello tienen desde hace décadas un foro internacional llamado Naciones Unidas.
¿Por qué no lo hacen? ¿A quién beneficia esta falta de propósito en común?
Al hablar de expolio de recursos naturales mediante empresas inmorales de medio mundo, supongo que queda más claro que, existe un componente económico claro y por medio del plan Kalergi se matan varios pájaros de un tiro.
Por un lado, se llena Europa de inmigrantes africanos más sumisos. Más “gobernables” políticamente.
Basta con ver que abandonan países ricos en recursos, en lugar de luchar contra su propia aniquilación económica a manos extranjeras.
Por otro lado, los innumerables delitos cometidos por algunos de ellos, sirven para generar miedo en las poblaciones. Ese miedo tan útil que sirve a los políticos demócratas para controlar al rebaño.
Por último, los mismos tiranos que detentan el poder político y económico del mundo, siguen “haciendo negocios” a costa de robar lo que no es suyo.
Concluyo. Algunas teorías cuentan con mi respeto. Otras, no. Pero, desde luego creer, lo que se dice creer, no creo en ninguna. A eso se le llama tener fe.
Y la fe pertenece a Dios.